Hoy 20 de junio, pagué mi deuda del año pasado, cuando una lesión absurda en la rodilla me impidió participar en lo que sería mi homenaje más próximo a la muerte de mi padre en 2008. Sin hacer mucho rollo introductorio, la mañana de hoy y después de algunas semanas de un entrenamiento más o menos apurado para estar acorde a la situación, me dispuse a devorar los 21kms con algunos metros más por el anillo periférico, en pos de saldar la ya mencionad deuda de honor que tenía y 2 horas con 13 minutos más tarde, la obra estaba terminada, empapado entre agua y sudor, con las rodillas pidiéndome a gritos que caminara y que no corriera pero ese espirítu de nunca ceder en mi esfuerzo que bien tuvo mi padre heredarme por medio de los genes y el ejemplo, me empujó a seguir corriendo por la mortal pendiente del kilómetro 14 al 19.
La meta entre más cerca se ve hay momentos en que más lejana está, ¿será que mis piernas a mis 37 años ya no está para esto? Al final les demuestro que si están y para dar más, cruzando la meta no puedo evitar mirar al cielo y soltar unas lágrimas breves de orgullo, emoción, nostalgia y recuerdo por la persona que (junto a mi madre) me dió la vida...
Feliz día del padre PAPÁ!!! Porque sigues aquí conmigo... y si quedo tendido en la pista será porque tu me invitaste a correr a un lugar mejor que este.